Por: Patricia Maradei.
Todos conocemos a
personas que se quejan de cuánto daño y ataque han recibido de
otros.
Ellas son las más sufridas, abandonadas, se muestran ofendidas y se proponen salirse con la suya mediante el chantaje emocional y físico a quienes les rodean, sean padres, hermanos, parejas, amigos.
Son personas que exigen permanentemente atención de los demás, la misma atención que ellas son incapaces de otorgarse a sí mismas.
Increíblemente estas personas debido a la frecuencia emocional en que se mueven crean para si mismas las más absurdas y dolorosas situaciones, todo con el fin de acaparar la atención de otros y permanecer en su papel de víctimas.
Ellas son las más sufridas, abandonadas, se muestran ofendidas y se proponen salirse con la suya mediante el chantaje emocional y físico a quienes les rodean, sean padres, hermanos, parejas, amigos.
Son personas que exigen permanentemente atención de los demás, la misma atención que ellas son incapaces de otorgarse a sí mismas.
Increíblemente estas personas debido a la frecuencia emocional en que se mueven crean para si mismas las más absurdas y dolorosas situaciones, todo con el fin de acaparar la atención de otros y permanecer en su papel de víctimas.
Una característica
muy usual de las víctimas es que siempre quieren “ayudar” a otros (a sus
espejos) a quienes consideran “demalas”, abandonados, pobrecitos, etc.
La víctima es experta en el arte de manipular la voluntad de otros (madre, padre, amigos, pareja), con el fin de lograr atención y cumplir sus propósitos. Suelen decir: “perdono pero no olvido”, siempre se les está “debiendo” algo.
Siempre estarán “sacando en cara” a las demás personas “lo malo” que éstas han hecho y cuánto “las dañaron” con su comportamiento. No hay paz posible con una víctima como pareja.
La víctima es una
rebelde sin causa (a veces con causa), es permanente la necesidad de vengarse de otros, haciéndoles
sufrir con amenazas de escaparse de la casa, suicidarse, o haciendo exactamente
lo que a sus padres, familia etc… les dolería mucho tener que afrontar.
Suelen tener
ataques recurrentes de determinadas enfermedades. Culpan a los demás de sus
desgracias cuando en realidad ellas mismas las están creando.
En su época de
mayor rebeldía, son las personas que han intentado suicidarse o se han cortado
las venas. Suelen tener comportamientos desafiantes y respuestas inesperadas.
Parecen ir por el mundo con el enojo a cuestas.
Estas personas se sienten en peligro y reaccionan de manera defensiva pues suelen interpretar cualquier recomendación como un ataque. Mediante el chantaje emocional suelen salirse con la suya y aguar la fiesta de las personas de quienes requiere y exige atención.
El juego se vuelve potencialmente desgastante cuando se dan cuenta que los demás cederán – por miedo a las represalias - a todas sus exigencias.
Este comportamiento
puede ser consciente o inconsciente. Y peligroso y destructivo, ya que la
víctima buscará hacer daño a otros haciéndose daño a sí misma.
COMO SE DEBE ACTUAR ANTE UNA VICTIMA:
Una persona con el
síndrome de la víctima, necesita ayuda psicológica. "Ayuda"...porque la
decisión de transformar esta conducta sólo le corresponde a ella.
Debe recibir asesoría, ayuda transpersonal, para conocer el profundo y antiguo origen de su comportamiento, entenderlo y
actuar para transformarlo.
Ante todo, no ceda
a sus exigencias: Si usted dijo NO, es NO.
No sobrepase sus
propios límites. Entre más cedamos a sus chantajes más infantil será su
comportamiento.
Las personas que
están a su lado, deberán tener la valentía de soltar a las víctimas a su libre albedrío con el fin de no convertirse en víctimas de sus exigencias
y convertir la vida en un mútuo suplicio.
La mayoría de
nosotros fuimos de alguna manera descuidados cuando niños… en esa época no
podíamos defendernos pues dependíamos de los mayores y su descuido por
múltiples y diferentes razones (o sin ellas), nos creó cierto miedo interior y
desconfianza.
No obstante eso no nos convierte en víctimas eternas de nadie ni de nada, por el contrario ya hemos crecido y debemos tomar las riendas de nuestra vida, decidir que ya es hora de liberarnos y liberar a otros de nuestro yugo.
No obstante eso no nos convierte en víctimas eternas de nadie ni de nada, por el contrario ya hemos crecido y debemos tomar las riendas de nuestra vida, decidir que ya es hora de liberarnos y liberar a otros de nuestro yugo.
AUTOANALISIS:
El síndrome de la víctima es una de las situaciones más dañinas para quien lo padece, pero sólo quien lo padece puede retroceder para analizar ¿por qué le gusta jugar a este juego de victimismo? Por qué quiere castigar a otros? Porque así se castiga a sí mismo? O porque necesita algo de la otra persona y sólo de esta manera lo puede obtener?
La sanación de este síndrome o prototipo sólo es posible comprendiendo su origen y actuando para desactivarlo.
El síndrome de la víctima es una de las situaciones más dañinas para quien lo padece, pero sólo quien lo padece puede retroceder para analizar ¿por qué le gusta jugar a este juego de victimismo? Por qué quiere castigar a otros? Porque así se castiga a sí mismo? O porque necesita algo de la otra persona y sólo de esta manera lo puede obtener?
La sanación de este síndrome o prototipo sólo es posible comprendiendo su origen y actuando para desactivarlo.
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