Por: Ruben Torres - http://lacosechadealmas.blogspot.com/
Normalmente rechazamos, quizás sin meditarlo demasiado, cualquier indicio que nos diga que hemos sido victimas de un engaño, que hemos participado sin saberlo en una trama que nos perjudicaba severamente y que nos han hecho la cama sin lograr que sospecháramos mínimamente por donde y de que modo nos vino el golpe. Solemos negar la evidencia antes de quedar nosotros mismos como tontos y negamos toda conspiración. Solemos creer erróneamente que la conspiración solo existe en las altas esferas de la política, la banca o la iglesia, que sólo conspiran seres oscuros, sin alma ni principios, que construyen múltiples argucias para engañar sin ser detectados, pero nos olvidamos de que todos somos conspiradores en potencia, todos sin excepción.